Han pasado 66 años desde la creación del CONICET. Hoy se celebra el día del investigador científico por el natalicio de su primer director y primer premio nobel de nuestro país Bernardo Houssay. Nunca ni en las peores épocas de la dictadura militar un presidente expresó que cerraría esa institución como lo expresó el actual presidente MILEI, porque los científicos no producen nada.
Tal vez no se animen a cerrarlo no lo sabemos, pero “desfinanciarlo es lo mismo que dejarlo morir”. La prórroga del presupuesto 2023, con índices inflacionarios acumulados en 3 meses del 70%, la devaluación del peso respecto del dólar de 118% en diciembre, deja al CONICET al borde de no poder pagar salarios ni becas más allá de junio. Sin fondos actualizados para mantenimiento de los 300 institutos y los programas de investigación de 10000 investigadores, no se podrán comprar insumos para las investigaciones, en su inmensa mayoría importados. La reducción en un 50% de las becas doctorales, de 1300 que se habían abierto hoy solo se otogarán 600.
Los despidos de trabajadores/as de la planta administrativa con 10 o 20 años de antigüedad, con los edificios públicos militarizados para impedir el ingreso de trabajadores/as a sus puestos de trabajo, despedidos sin causa justificada, es un hecho insólito que solo tiene comparación con los oscuros años de la última dictadura militar. Junto a ello el despido de más de 15000 empleados estatales de diferentes organismos públicos como el Servicio Meteorológico Nacional, Agencia de promoción de CyT, Comisión de Energía Atómica, INTA, entre otros.
Ejemplos de la importancia del sistema científico nacional hay miles (reactores nucleares de última generación para múltiples usos incluso medicinales, vacunas, fármacos contra el cáncer y enfermedades hereditarias, satélites, para hablar solo de los tecnológicos), las Universidades Nacionales y el CONICET son las instituciones públicas argentinas mejor posicionadas en la región y en el mundo. Por 5to año consecutivo CONICET alcanzó el primer lugar entre las Instituciones científicas estatales de América Latina.
Este brutal desfinanciamiento viene de la mano de la cesión de nuestra soberanía derogando leyes fundamentales que protegen nuestros recursos naturales y vendiendo empresas nacionales de petróleo, telecomunicaciones, y otras estratégicas para la independencia de nuestro país.
Desde el minuto 1 los/as trabajadores/as de la ciencia en cualquier ámbito estatal donde desarrollemos nuestra tarea nos hemos organizado, unido y estamos luchando para enfrentar este perverso plan del gobierno de Milei.
Que este 10 de abril se transforme en un día de celebración y lucha por:
LA CIENCIA ARGENTINA
– La reincorporación de todos/as los/as compañeros/as despedidos
– Por aumento urgente de presupuesto para CIENCIA Y TECNOLOGÍA
– Por el cumplimiento de la Ley de Financiamiento de CyT 27614 (1% al 2033),
– Por el cumplimiento de la Ley 27.738 del Plan 2030 de CyT.