El 29 de mayo de 1969 se producía en Córdoba un hito fundamental en nuestra historia como clase trabajadora organizada. Allí se expresó la capacidad de unidad de amplios sectores del pueblo, universitarios, partidos y organizaciones políticas para dar respuesta a la opresión manifiesta en ese momento por la dictadura de Ongania.

Un momento de inflexión que expresó la capacidad de respuesta de las y los trabajadores organizados, traducida en asambleas, manifestación en las calles, unificación de consignas, autodefensa y control del territorio frente a la represión. Una expresión del acumulado durante años y de la direccionalidad política del movimiento obrero, en referencias tales como René Salamanca, Agustín Tosco, Atilio López y Raimundo Ongaro, entre otros, vinculados al peronismo revolucionario y al clasismo.

Es Importante señalar que como parte de ese mismo proceso, unos días antes se producen el “Rosariazo” y el “Correntinazo”. En este último fue asesinado Juan José Cabral en una protesta estudiantil en la ciudad de Corrientes, desencadenando una pueblada. De ahí el día del trabajador docente universitario, recientemente memorado. Sin duda el Cordobazo representó el inicio del fin de la dictadura pero a la vez una de las más altas expresiones de lucha consciente de nuestro pueblo.

Hoy cuando se afianza rápidamente una regresión social, que involucra a cada vez mayores sectores de nuestro pueblo, y se profundizan las desigualdades en el acceso a derechos básicos para la vida humana, como el derecho a la alimentación; hoy cuando la sobreexplotación de la clase trabajadora, la ocupación precarizada y la desocupación sujeta a programas sociales, por debajo de la línea de pobreza, son moneda frecuente, se hace imprescindible recuperar en un ejercicio consiente la necesaria unidad para evitar mayores avasallamientos y construir un horizonte diferente.

En este sentido, entendemos que ADIUNNE debe ser expresión de las luchas de nuestra clase y de la más amplia unidad en pos de alcanzar las victorias necesarias. Como señalara Tosco, “para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y hermano”.