Las universidades todavía son instituciones fuertemente conservadoras, que en el mejor de los casos, reconocen a nivel discursivo al feminismo que cuestiona los privilegios de su cultura patriarcal. Pero la verdad es que en la práctica siguen poniéndonos techos de cristal, naturalizando tratos y tareas segun sexo, y manteniendo mecanismos administrativos ante situaciones de discriminación y violencia de género que terminan siendo más violentos que los mismos hechos.

En pandemia estas situaciones se agravaron:

  • Por el trabajo virtual en simultaneidad con tareas domésticas y de cuidado, que ademas requirió asumir un acompañamiento antes realizado en las escuelas. Actividades que siguen estando en gran parte a cargo de mujeres y femineidades.
  • Por la insuficiencia del «Protocolo ante situaciones de discriminación y violencia de género de la UNNE» que además de ser apenas un marco normativo general no contempla sucesos en contexto de enseñanza virtual.
  • Por la falta de mecanismos para el funcionamiento de dicho Protocolo en este período de aislamiento.
  • Por la caída del valor adquisitivo de los salarios docentes, sumada al costeo de gastos por enseñar desde nuestras casas, que según datos oficiales impacta más en las mujeres e identidades femeninas, porque el 80% ocupamos cargos de Auxiliar y JTP, percibiendo los sueldos más bajos, si bien somos mayoría en el plantel docente.
  • Por pertenecer al escalón más bajo de la pirámide laboral que, en cátedras con una relación docente/estudiante muy alta, significa asumir tareas que exceden en tiempo y responsabilidad a las competencias del cargo, e incluso no acceder a derechos, como el de licencia por cuidado de personas menores o adultas mayores a cargo, que logramos los gremios docentes.

La pandemia y el oportunismo de los agentes con poder de decisión redujeron los espacios democráticos en los que podemos pelear por nuestros derechos dentro de la Universidad.

Pero es necesario que sepan que seguimos juntas y organizadas.

  • Retomando reuniones presenciales, organizando talleres en defensa de la ESI, de la implementación de la Ley Micaela, la incorporación de perspectiva de género en nuestro Convenio Colectivo de Trabajo.
  • Trabajando por la paridad de cargos en organizaciones como nuestro propio gremio.
  • Luchando como gremio por la regularización de la planta docente del Jardín de Infantes de la UNNE altamente feminizada y precarizada, el pase a planta de personas con antigüedad, adscriptas, docentes Ad honorem y el ascenso de auxiliares a JTP.

Por eso este 8 de marzo salimos masivamente a las calles para expresar la lucha que sostenemos todos los días en nuestros puestos de trabajo, contra las desigualdades que aún sufrimos y defendiendo lo que con mucho esfuerzo conseguimos.

Compañeras docentes de la UNNE las esperamos en Av. 9 de Julio y Av. Las Heras a las 8:00hs para encolumnarnos con las demás trabajadoras en la marcha del 8M organizada por la MMF.
¡Marchemos juntas porque la deuda es con nosotras!