Científicos del Conicet reclaman una recomposición salarial de emergencia
Compartimos nota periodística de Diario Norte a nuestra Secretaria Adjunta, Marina Stein:
“Este conflicto requiere de una decisión política”, plantean desde el comienzo de un pronunciamiento colectivo de científicas y científicos. El lunes impulsaron una jornada de protesta en redes sociales y esperan reuniones con autoridades nacionales.
En una situación de años de arrastre la mayor preocupación son los salarios extremadamente bajos, tanto que lo han reconocido las autoridades en intercambios recientes.
A falta de un convenio colectivo sectorial, los salarios se rigen por la paritaria de los estatales. En la última negociación paritaria, de 2018-2019, recibieron un aumento del 28% en cuotas, cuando la inflación alcanzó el 55%. “En lo que va de 2020 todavía no recibimos una respuesta ni una convocatoria a una paritaria para tratar el tema”, agrega Marina Stein, una de las investigadoras locales.
Luego de presentar cartas a las autoridades en diciembre de 2019, en febrero y en junio de este año se mantuvieron reuniones virtuales el 5 y 30 de junio. En ellas el ministro de Ciencia y Técnica Roberto Salvarezza asumió que la problemática “está en la agenda de su cartera”. Mientras que en un comunicado el Directorio del Conicet respaldó la necesidad de una recomposición salarial de emergencia, y enfatizó que se avance en la aprobación de un convenio colectivo propio y de una ley de financiamiento específica para el sector.
“Faltan investigadores en la región”
En una consideración personal la investigadora Marina Stein sostiene que hacen falta científicos y científicas en todo el país, especialmente en el norte y en el sur “por las necesidades de cada una”.
Como se sabe la mayoría se concentra en los centros más poblados de la Argentina: Córdoba, Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires.
Los estudios científicos permiten resolver una diversidad de problemáticas en temas sensibles y cercanos: salud, trabajo, vivienda, y también son necesarios en ciencias sociales para seguir desarrollando conocimiento, sostiene.
Ella se dedica al estudio de mosquitos que transmiten enfermedades y elige hablar de sus pares que investigan los potenciales beneficios para la salud de algunas plantas autóctonas.
“En nuestra región se necesita estudiar el mejor desarrollo del biodiésel y alternativas en energías renovables, o soluciones para la construcción de viviendas, para la conservación del ecosistema del Iberá o de El Impenetrable, no para su explotación”, ejemplifica.
En el Chaco trabajan
para analizar tests covid
La investigación se despliega en espacios de Conicet desde la Puna hasta la Antártida, describe Stein. En muchos de ellos durante estos cuatro meses de pandemia se gestaron aportes importantes.
La creación de kits de diagnóstico, diseños de indumentaria de protección, tapabocas o barbijos o mejoras en la fabricación de respiradores, son algunas de las contribuciones en la contingencia.
En el Chaco hay investigadores que en el laboratorio del Instituto de Medicina Regional se abocan al análisis diario de muestras para confirmar diagnósticos de Covid-19.
En el país unos 16 centros científicos y 300 institutos funcionan de manera exclusiva, mientras que existen otros de doble dependencia con alguna universidad nacional, como sucede con la UNNE para el instituto de investigaciones geohistóricas (IGHI) en Resistencia.
“Lo que queremos es visibilizar nuestra situación salarial frente a una situación que en el medio de una pandemia una gran cantidad está aportando trabajo”.
Una de las categorías ya roza la línea de pobreza
Para emprender una carrera de investigador científico primero es necesario tener el título de doctor y en la mayoría de los casos haber pasado por una beca doctoral y posdoctoral. Una vez que se ingresa, la primera categoría es de asistente, después adjunto, y la carrera se afianza al ascender a investigador/a independiente, principal y superior. En el país la mayoría ocupada las categorías más bajas: asistentes y adjuntos. Para esos sectores los salarios son tan bajos que no alcanzan a cubrir la canasta familiar, según un informe ATE Indec. Sin un convenio colectivo propio también plantean la necesidad de negociar por separado de otros sectores que hasta ahora servían de referencia.