Ayer, en el 38° Encuentro, las voces de mujeres de cada rincón de Argentina se unieron como un río inmenso de fuerza y memoria. Entre abrazos, luchas y sueños compartidos, quedó una huella suave pero profunda, de esas que siguen latiendo aun cuando el día ya terminó. Porque cada paso que dimos fue un susurro al futuro que juntas seguimos escribiendo.
Registro del 38°